En los últimos años, la motorización de los vehículos ha experimentado un gran desarrollo y uno de los cambios más significativos se refiere al uso de aceites sintéticos. Por eso, desde la marca de lubricantes MobilTM se concentran en compartir las actualizaciones de información que deben considerarse para optimizar los motores.
El tren motriz actual ha traído una serie de avances tecnológicos que tienen como objetivo mejorar el rendimiento, la eficiencia y la durabilidad de los motores. Estos cambios incluyen la utilización de materiales más ligeros y resistentes, lo que se traduce en motores más eficientes en el consumo de combustible y, por supuesto, la implementación de sistemas electrónicos avanzados.
Una de las características más llamativas del tren motriz moderno son las holguras cada vez más pequeñas, el menor volumen del cárter y el aumento de las temperaturas de funcionamiento. Esto ejerce una presión adicional sobre el lubricante del motor, lo que hace que la elección del aceite sea más crítica que nunca.
Por todas estas razones, en los motores de última generación es mandatorio utilizar aceites sintéticos ya que están diseñados para ello. Los aceites de baja viscosidad ofrecen menor fricción fluida y ayudan a ahorrar combustible. Pero es importante observar que los materiales, el maquinado y las brechas de estos motores fueron desarrollados para utilizar los aceites de baja viscosidad, como 0W-20 o 0W-16, y pueden dañar motores más antiguos.
Los lubricantes sintéticos son los más modernos y con tecnología de última generación. Poseen fluidos 100 % no convencionales de alto desempeño. Son fabricados a través de un proceso químico que confiere al producto final un nivel extremo de pureza. Al estar formulados con una base sintética más la incorporación de aditivos, proporcionan una protección eficaz a intervalos de cambios más largos.
Estos lubricantes se caracterizan, además, por ser más robustos en términos de bombeo y flujo de baja temperatura, estabilidad en alta temperatura y reducción de la formación de depósitos. Asimismo, ofrecen mayores prestaciones ante situaciones de altas velocidades y revoluciones.
Todo esto se traduce en las siguientes ventajas:
– Mayor durabilidad: el aceite sintético tiene una vida útil más larga que el aceite convencional, lo que significa menos cambios de aceite y menos residuos ambientales.
– Mejor protección a altas temperaturas: mantiene su viscosidad a temperaturas más elevadas, asegurando una correcta lubricación incluso en condiciones extremas.
– Reducción del desgaste: se sabe que el aceite sintético reduce el desgaste del motor, prolongando su vida útil.
– Eficiencia energética: debido a su menor viscosidad, el aceite sintético ayuda a reducir la fricción interna del motor, lo que se traduce en una mayor eficiencia y economía de combustible.
– Protección de depósitos: tiene propiedades de limpieza superiores, lo que ayuda a mantener el motor libre de depósitos y residuos no deseados.
Es importante destacar y recordar, más allá de todas las ventajas que ofrece, que la transición al aceite sintético requiere atención y cuidado.
Hay que considerar que migrar hacia aceites sintéticos en motores con desgaste, el lubricante no va corregir los daños existentes. Si el motor tiene fugas de aceite mineral, va a seguir con fugas en los sintéticos. Se recomienda entonces hacer las reparaciones requeridas previas al cambio.
Ahora bien, partiendo de la base de que el motor está en perfectas condiciones de mantenimiento, lo positivo de pasar a usar un aceite sintetice es que contará con la protección adecuada para seguir operando por miles de kilómetros gracias a un mejor arranque en frío y la extensión de la vida útil de las partes críticas del equipo.
Por último, cabe destacar que es posible que algunos vehículos más antiguos no sean compatibles, por eso siempre lo correcto es respetar a las especificaciones del fabricante.