La industria de alimentos y bebidas ya ha notado la creciente demanda de los consumidores por una mayor claridad en el etiquetado de los productos, hasta el punto que varios cambios están llevando al segmento a brindar información más precisa y correcta en las etiquetas.

A esta tendencia se suma el etiquetado climático, un movimiento que anima a las empresas a describir en los envases la huella de carbono o el volumen de emisiones de gases de efecto invernadero emitidos con la producción industrial de ese artículo concreto. Con esta información, el cliente puede impulsar un mercado más sostenible, basado en procesos más limpios y reducir su propia huella de carbono.