En comparación con la mayoría de los autos, las motos suelen tener intervalos de cambio de aceite
más cortos, con aproximadamente un 40 % menos de tiempo o kilometraje, según lo recomendado
por los fabricantes. Esto se debe a que sus motores funcionan normalmente a mayores RPM,
alcanzando altas temperaturas en menos tiempo y con sistemas de refrigeración menos eficientes.
Al exponer a una moto al uso diario intenso, el tráfico urbano con paradas constantes o trayectos que
pueden incluir polvo y/o barro, los motores requieren un cuidado específico, especialmente en lo que
respecta al mantenimiento preventivo para evitar un posible desgaste.
Para estos casos, José Cesário Neto, coordinador de capacitación y soporte técnico de lubricantes
Mobil™, señala que manejar motos en condiciones severas puede triplicar el porcentaje de fallas del
motor en estos vehículos, por lo que es primordial estar siempre atentos a los tiempos ideales de
cambio de aceite, los productos que preservan su rendimiento y la inspección de filtros, bujías,
fluidos y sistemas de refrigeración.
Respecto de qué tipo de aceite utilizar para estos casos, se recomiendan los lubricantes de
clasificación mineral, que proporcionen resistencia a la oxidación y la formación de depósitos, dos de
los principales problemas que se presentan en condiciones severas (como podría ser subidas
frecuentes, peso extra, largos viajes diarios o terrenos irregulares, entre otros). Además, se debería
contemplar que ayuden a controlar el consumo de aceite y a mantener la potencia del motor durante
más tiempo, cumpliendo con los principales estándares internacionales de calidad- como API SL y
JASO MA2.
Asimismo, la formulación mineral de alto rendimiento y los aditivos de este tipo de aceite es
adecuado para las motos más antiguas con alto kilometraje.
Dentro de los procedimientos de revisión periódica, las motos que transitan caminos exigentes deben
tener precauciones adicionales:

1. Revisión y reemplazo del filtro de aire: las condiciones de polvo o barro requieren una limpieza
y sustitución más frecuente para minimizar el desgaste de las piezas, la pérdida de rendimiento y
el aumento del consumo de combustible.
2. Mantenimiento del sistema de transmisión: la cadena debe estar bien lubricada, con la tensión
adecuada y libre de suciedad para evitar roturas o desgaste prematuro. Tener especial cuidado
al utilizar productos con alto contenido de aceite o, incluso, grasa, ya que esto provocará la
acumulación de arena, lodo y residuos abrasivos, lo que reducirá la vida útil de la cadena.
3. Inspección de frenos: hay que revisar periódicamente las pastillas, los discos y el líquido de
frenos, especialmente después de un uso intensivo o descensos frecuentes.
4. Prestar atención a la suspensión: las motos que circulan por calles con baches o con
sobrepeso suelen requerir un mantenimiento más frecuente de los amortiguadores y la horquilla
delantera.
5. Presión e inspección de los neumáticos: las cubiertas bien calibradas aumentan la seguridad,
optimizan el consumo de combustible y previenen el desgaste irregular.